Detrás de cada fachada antigua se esconde una historia. La de la farmacia de Don Antonio en La Latina es una de ellas, llena de tradición, cambios y la lucha por mantener vivo un pequeño rincón de nuestro pasado. Hoy te contamos su historia y cómo logramos ayudarlo a mantener vivo su negocio.

Don Antonio llevaba más de cuarenta años al frente de su farmacia en el corazón del barrio de La Latina, en Madrid. Su botica, un pequeño local con encanto antiguo ubicado en la calle Toledo, había sido testigo de los cambios del barrio y se había convertido en un punto de referencia para los vecinos.

Los aumentos en los tipos de interés habían puesto en jaque su economía. La subida de las cuotas mensuales del préstamo, que ascendían a casi diez mil euros, estaba asfixiando su negocio. El barrio de La Latina, aunque lleno de vida, había experimentado un aumento en el coste de vida, lo que había repercutido en la rentabilidad de la farmacia.

Después de muchas noches sin dormir, Don Antonio tomó una difícil decisión. El local, con sus techos altos y sus baldosas hidráulicas, era un tesoro que había heredado de su padre. Sin embargo, como el valor del inmueble había aumentado considerablemente en los últimos años, decidió ponerlo a la venta.

Había escuchado sobre la propuesta de Mancipi, una empresa especializada en la compra – venta de locales de farmacia que ofrecen  liquidez inmediata con la compra del local de farmacia  y a su vez, un contrato de alquiler a largo plazo con opción a compra para que el titular de la farmacia pueda continuar con su negocio de farmacia. 

De esta manera, podría seguir atendiendo a sus clientes en el mismo lugar y conservar el ambiente familiar que caracterizaba a su farmacia. Con el dinero obtenido de la venta, Don Antonio podría hacer frente a sus deudas y asegurar la continuidad de su negocio. Los vecinos de La Latina, al enterarse de la noticia, organizaron una pequeña celebración en la puerta de la farmacia para mostrar su agradecimiento a Don Antonio. 

Era el final de una etapa y el comienzo de otra, pero la esencia de la farmacia seguiría siendo la misma: un lugar donde encontrar no sólo medicamentos, sino también un consejo amable y una sonrisa.

Madrid, septiembre de 2024.